Esta era mi merienda preferida. Los hacía mí abuela con gran maestría y era una fiesta cuando los sacaba a la mesa después del colegio y antes de hacer los deberes.
Los he visto de siempre más grandes; pero mi abuela los hacía pequeñitos para comérnoslos de un solo bocado. En España se llaman : bombas.
Masa:
75 gr. de levadura de panadero
4 cucharas (sopa) de azúcar
250 ml. de leche templada
120 gr. de mantequilla
6 huevos
Cáscara de limón rallada
1 pizca de sal
1 kg. de harina
Mezclar la levadura con el azúcar hasta que se disuelva. Juntar la leche, los huevos, la sal, la mantequilla, la ralladura de limón y poco a poco, la harina tamizada. Trabajar la masa muy bien hasta que se despegue de las manos. Guardar en una bolsa de plástico y dejar descansar hasta que tenga el doble del tamaño.
Abra la masa dejándola con 1 cm más o menos de grosor. Con la ayuda de un vaso, cortar los sueños y ir colocándolos en un paño de cocina espolvoreado de harina.
Dejar crecer nuevamente unos 20 minutos.
Con cuidado, freír los sueños en aceite no muy caliente. Cortar por la mitad sin terminar y rellenar.
Relleno:
1 litro de leche
1 lata de leche condensada pequeña
1/2 taza de azúcar glass
6 yemas
120 gr. de maisena
2 cucharas (sopa) de ron
1 cuchara (café) de vainilla en polvo
Mezclar todos los ingredientes, menos el ron y la vainilla, en una olla y llevar al fuego hasta que se obtenga una crema espesa.
Verter en un plato, juntar el ron y la vainilla y dejar enfriar completamente.
Batir unos minutos en la batidora para dar más cremosidad.
Rellenar uno a uno los sueños, pasar por el azúcar glass y poner en cápsulas de papel.
