Imprescindible para este plato el vinagre de Jerez y el tomillo. Nosotros la preparamos sobretodo en invierno, pero algunas cocineras amigas la hacen todo el año.
1 conejo de 1 kilo
3 cebollas grandes
2 ajos
2 cucharas (sopa) de azúcar
Aceite, vinagre de Jerez, sal gorda, tomillo y orégano
Cortar el conejo en trozos medianos. Condimentar con la sal, el tomillo, el orégano, el vinagre y aceite. Dejar macerar toda la noche.
Picar las cebollas muy finas y dejar sofreír hasta que estén transparentes. Juntar el azúcar y unas gotas de agua y dejar a fuego lento hasta conseguir una salsa espesa y oscura.
Escurrir los trozos de conejo del macerado y freír, dejando bien dorados.
Mezclar con las cebollas confitadas y servir caliente.
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