Muy elaborado, es un dulce que se puede hacer sin el relleno pero nosotros recomendamos de vez en cuando armarse de paciencia y rellenarlos.
1 vaso de aceite de oliva
1 vaso de vino blanco
Cáscara de 1 naranja
Zumo de 1 naranja
1 copa pequeña de anís
5 gr. de anises
5 gr. de sésamo
1 kg. de harina
300 gr. de miel
Calentar el aceite en una sartén grande y honda y freír la cáscara de la naranja unos minutos y retirar. en el mismo aceite, juntar los anises y el sésamo y retirar la sartén del fuego inmediatamente.
Dejar templar el aceite, juntar el vino, el anís y el zumo de la naranja. Poco a poco, ir añadiendo la harina, removiendo para evitar grumos. Cuando sea difícil remover con la cuchara de madera, sacar la masa de la sartén y amasar con las manos, añadiendo de vez en cuando más harina hasta que la masa tenga la consistencia para poder extender con el rodillo. Dejar descansar durante 1/2 hora, cubierta con un paño húmedo.
Coger trozos de masa y extender con el rodillo. Cortar en tiras y después en cuadrados. Unir dos puntas en diagonal.
Hacer todos los borrachuelos hasta que se termine la masa.
Freír en una sartén grande con abundante aceite y retirar cuando estén muy dorados.
En una cacerola poner la miel y un poco de agua para que esté más líquida e ir bañando uno por uno los borrachuelos. Disponer en un plato grande.
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